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by Irune Serna
    sound shop  
               
 
 
  visionary art  
     
     
 
   
 
  Acousmatic box, 2020.  
     
 

Esta obra muestra un prototipo de dispositivo acusmático aprovechando las posibilidades que ofrece micro:bit para producir sonidos en función de la cantidad de luz que perciben sus sensores, convirtiéndolo en una experiencia interactiva en la que distintos interactores van a tomar participación, al menos, dos, para producir sonidos diferentes en función de la luz percibida en los leds de micro:bit. Emula un theremin que, en vez de medir la distancia con el sensor de ultrasonidos, percibe la cantidad de luz que captan los sensores del led.

Entre mis preferencias artísticas, una de las que tiene siempre una posición relevante es el campo del sonido, dentro del que quiero ahondar de forma progresiva más en el terreno acusmático aunque ya he hecho algunas incursiones previas.

Heredera de la música concreta, la electrónica, la electroacústica, etc., la acusmática es un juego con la abstracción sonora, que supone una experiencia de escucha activa e inteligente. En lo acusmático no vemos lo que produce el sonido, solo vemos los altavoces, ya que lo acusmático es aquello que está fuera del campo visual (tanto off como over). Este tipo de sonidos tienen un gran potencial porque su categorización dependerá de nuestra escucha y por tanto queda abierta a nuestra asociación personal con otros estímulos sonoros ya conocidos, si bien no siempre podremos relacionarlos con algo conocido y en otras ocasiones se producirá una relación con algo únicamente a nivel emocional.

En la interpretación de la música acusmática solo hay público y altavoces porque el intérprete/compositor ya no está. Normalmente, el artista monta la obra en tiempo diferido a cuando se crea y se expone en un momento posterior, en ese sentido se asemeja al cine. Se trata de escuchar un sonido sin ver la fuente y el público interpreta el sonido libremente en función de la experiencia que tenga con el sonido.

Supone una escucha muy activa porque el oyente se enfrenta al espejo de sí mismo, a su imaginario interno, a su memoria, experiencia, etc.

En esta ocasión, me he decantado por crear una caja negra, aprovechando también la simbología que la misma representa desde el punto de vista de la acusmática, de forma que una persona va a introducir su cabeza dentro de la caja negra, donde todo está oscuro, y en donde va a poder percibir los sonidos que se van a generar con micro:bit a través de unos auriculares que he conectado al mismo y que van a ser la fuente del sonido que percibirá la persona que tiene la cabeza dentro de la caja.

Por su parte, ese sonido que perciba no será el fruto de sus decisiones, precisamente para potenciar el elemento acusmático, sino que dependerá de los interactores que se encuentren fuera, que van a encontrar a una persona con la cabeza metida en una caja negra, en la que solamente se ve la pantalla de micro:bit, que invita a la persona a proporcionarle más o menos luz, de forma que modifique la experiencia de la otra persona.

En ese sentido, micro:bit está programado para emitir diferentes sonidos de todos los que puede en función del nivel de luz que perciba en sus sensores, con lo que si se le acerca más o menos luz a los mismos, el sonido que se produce va a ser diferente en cada caso, y va a depender de lo que las decisiones que tomen las personas que estén fuera en cuanto a la cantidad de luz que proporcionen.

De hecho, la pantalla de micro:bit estará transmitiendo a los interactores que están fuera el siguiente mensaje: “Your light and dark shapes my world, do you dare?”, con lo que, además de dar pistas a la persona de lo que puede hacer, se pone de manifiesto el efecto que las decisiones de unos tienen sobre los otros, poniendo de relieve de esta forma simbólica elementos que están en la base de las relaciones humanas.

 
     
     
     
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